Lammas 

  

El Sabbath de Lammas,  conocido también como Lughnasad, o la Primera Cosecha, se celebra usualmente entre el 2 y el 7 de Agosto (momento astrológico: el sol  a 15º de Leo). Marca el inicio del Otoño, ( el equinoccio de verano representará el punto álgido de la estación). Encontraremos esta festividad pagana en el ámbito de la Wicca como Sabbath Mayor. Para las tradiciones druídicas modernas, en tanto que solares,  se trata de una festividad al nivel de lo que seria un Sabbath Menor en el contexto de la Wicca. 

En esta estación se honra el sacrificio del grano, ofrecido al cuerpo para nutrirlo, como un recordatorio de las múltiples formas en las que las Deidades y la Naturaleza satisfacen las necesidades de sus criaturas. En esta fecha se celebra principalmente el aspecto maternal de la Diosa, así como la madurez del Dios Sol. Al igual que en el equinoccio de Otoño, simbolismo y forma del rito se centran en la cosecha, siendo para esta ocasión la elaboración de pan o tortas, usualmente para presentarlas como ofrenda y participar de un banquete de comunión con las Divinidades.  El Altar puede ser ornado con guirnaldas de flores o fruta de la estación, el pan que se ha elaborado, espigas de trigo u otro cereal, en ocasiones trenzadas y arregladas a modo de muñecas de la cosecha ( si bien esto es más habitual en el Equinoccio de Otoño, Mabon ). Otra actividad que puede realizarse en estas fechas es la elaboración de “mandalas” o mosaicos con semillas, arenas o flores secas.

Es así mismo el momento de empezar a recolectar el fruto de las acciones que llevamos a cabo durante la primavera, de ver fructificar al fin aquello que en la oscura cueva del invierno empezábamos apenas a intuir, de finalizar los proyectos y celebrar la abundancia. También es el momento de serenidad y despedida del Dios que Muere, Señor del Grano, quien recibe muchos nombres en las diversas tradiciones Europeas, especialmente en el ámbito Mediterráneo y de Oriente Próximo. Él es el consorte-hijo de la Diosa, reflejado en el espejo del drama de Afrodita y Adonis, Rhea y Attis, Ishtar y Tammuz, incluso en cierto modo, de unos primitivos Isis y Osiris. Sin embargo, por lo que conlleva esta despedida, el descenso al Inframundo del Dios, su luto y la esperanza de renacimiento, se suelen celebrar en momentos posteriores. Ahora, simplemente, la Tierra es Generosa, y se entrega a sus hijos como una hembra hinchada de leche lo hace a sus cachorros, y el Poder que la fecunda, y encarna su esencia en los seres vivientes, no deja de ser la víctima que con su entrega muere; el grano, que adentrándonos en la oscuridad creciente de este hemisferio del ciclo anual, será también la presa.  

Tal vez la meditación implícita en esta festividad, (además de las ya señaladas, compartidas en mayor o menor grado con Mabon y Samhain), es la del profundo poder de la transformación. En el principio, durante loa primeros estadios de la civilización de agricultores y ganaderos, los Dioses humanos fueron Creadores; pero llegados al umbral de la Edad de los Metales, de estos mismos Dioses  se reverenciaron como Demiurgos, su capacidad de transformar, además de su capacidad creadora. La Transformación de la materia y la esencia de los seres naturales, animados u inanimados. No nos referimos ahora al mero hecho de crecer o mustiarse, ni siquiera a una idea de evolución; hablamos de transformación, transformación que puede ser llevada a cabo bajo voluntad. Transformación que es oportunidad infinita, espacio sin límites, piedra angular de la Magia. Posibilidad, una libertad que nos es ofrecida y que puede llevarnos al éxito o al fracaso, pero sin la cual no podríamos ser más que anclados en estrechas paredes inamovibles.

Tal vez la Magia consista precisamente en la capacidad de hacer permeables nuestros propios límites para acceder a capas más profundas de percepción, como sumergiéndonos en un océano-universo infinito en el que sólo podemos contar con una firme voluntad  y, en el mejor de los casos, un espíritu noble.

 

Vaelia Bjalfi

4 Agosto 2002

 

OTROS AUTORES

 

CUNNINGHAM, S. ; HARRINGTON, D. : La Casa Mágica, Editorial Mirach, Madrid, 1993.

p.157

 

(...) Señala una antigua fecha de recolección, pero esta fecha a menudo fue cambiada para coincidir con el calendario de cosechas. Lughnasadh (...) era la fiesta del pan; por tanto hacer pan es lo tradicional en esta época del año.

(...) En Lughnasadh, se hacen y comen tortas de grano en honor de la cosecha. Si tiene un pozo en su propiedad, lo puede cubrir con flores o espigas, porque el agua es honrada en todas sus formas como portadora de vida en este día de cosecha. Si no tiene un pozo, tome un baño al que le haya añadido media taza aproximadamente de zumo de uvas o vino.

 

JONSON, C. ; SHAW, M. D. : La Magia de la Tierra, Editorial Obelisco, Barcelona, 1997.

 

p.247-249

 

Lentamente, la bulliciosa energía del verano cambia, y en Lughnasad empezamos a ver los signos de la rueda de las estaciones que gira. La Tierra madura - se puede observar su calidez y diferencia en el aire -. Alrededor nuestro las plantas se secan y producen semillas. En todas partes vemos los signos de las primeras cosechas. (...) La luz del atardecer luce brumosa y dorada, y las canciones de los insectos por la noche, que cantaban tras las ventanas, son más suaves y menos estridentes. El verano ha pasado su cenit.

(...) El grano sagrado es el símbolo central de esta festividad, especialmente en forma de pan horneado con una conciencia y reverencia ante la tierra que nos ofrece nuestro alimento. (...)

La cosecha era un asunto de vida o muerta para nuestros antepasados. Así, una cosecha pobre no significaba sólo hambre, sino también el saber que muchos no vivirían para ver otra primavera. Una buena cosecha en Lughnasad era causa de alegría, pero aún existía algo de incertidumbre porque, después de todo, la cosecha principal aún estaba por llegar. Lughnasad es un momento intermedio, nuestros antepasados horneaban sus hogazas mágicas de pan en esta primera cosecha con la esperanza de agradar, en parte, a la Diosa, y a fin de asegurarse una mayor abundancia en la cosecha posterior. También tejían elaboradas Diosas de paja para colgar en sus casas, en reverencia a su espíritu grande y generoso.

(...) Tal como en la antigüedad, cuando la gente hacía ofrendas de vino, aceite, cerveza o hidromiel a las primeras espigas de los campos, también nosotros podemos aumentar el respeto por las cosas que crecen al establecer una relación más profunda con los árboles con quienes compartimos la Tierra (...).

Lughnasad celebra la transformación: la semilla que crece, florece, fructifica y, finalmente, se convierte en el alimento que nos sustenta. El grano se levanta y madura en los campos para ser separado de la paja, molido para fabricar la harina y, por último, horneado para convertirlo en el pan dador de vida.

(...) Se detiene el crecimiento, la floración, los frutos; y las plantas dedican sus energías a las semillas, a prepararse para el inevitable invierno, pero mantienen la promesa de la nueva vida que vendrá con la primavera. A semilla no da la orden imperiosa de prestar atención; en el cuerpo que se muere de lo viejo está contenido el misterio de la renovación.    

 

 

FRAGMENTOS

KHALIL, G. ; El Profeta, Ed. Humanitas, Barcelona 1999

 p.11

“ Dijo Almitra: Háblanos del Amor.

 

Y él levantó la cabeza, miró a la gente y una quietud des­cendió sobre todos. Entonces, dijo con gran voz:

Cuando el amor os llame, seguidlo.

Y cuando su camino sea duro y difícil.

Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos. Aunque la espada entre ellas escondida os hiriera.

Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz destroce nuestros sueños, tal cómo el viento norte devasta los jardines.

 

Porque, así como el amor os corona, así os crucifica.

Así como os acrece, así os poda.

Así como asciende a lo más alto y acaricia vuestras más tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así descenderá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un abrazo con la tierra.

Como trigo en gavillas él os une a vosotros mismos.

Os desgarra para desnudaros.

Os cierne, para libraros de vuestras coberturas.

Os pulveriza hasta volveros blancos.

Os amasa, hasta que estéis flexibles y dóciles.

Y os asigna luego a su fuego sagrado, para que podáis convertiros en sagrado pan para la fiesta sagrada de Dios.

 

Todo esto hará el amor en vosotros para que podáis cono­cer los secretos de vuestro corazón y convertiros, por ese conocimiento, en un fragmento del corazón de la Vida.

 

Pero si, en vuestro miedo, buscáis solamente la paz y el placer del amor, entonces, es mejor que cubráis vuestra desnudez y os alejéis de sus umbrales.

Hacia un mundo sin primaveras donde reiréis, pero no con toda vuestra risa, y lloraréis, pero no con todas vuestras lágrimas. “

 

 

RITUAL

 

( Adaptado de FITCH, Ed. RENEE, Janine., Ritos mágicos del pozo de cristal. Luís cárcamo editor, 1984. Madrid.)

 

Elementos necesarios: Imagen de la Diosa, imagen del Dios ( Maíz o Trigo), hoz o cuchillo especial, ofrendas diversas, velas de te, Pan / Tortas y Vino ( o Cerveza), velas o piedras elementales, Athame, Sal, incienso, tierra.

 

Ritual

 

Triple trazado del círculo, x Athame, agua y sal, e incienso.

Nos cogemos de la mano para realizar una meditación de limpieza.

Se encienden las velas en rededor del círculo, dando paso a las evocaciones.

 

- Colocamos esta Luz en el extremo del Círculo para que los Ancianos sean con nosotros..

 

-(Al Este) Vientos Lejanos que sopláis limpios y claros, barred libres los cielos, sed presentes aquí con nosotros.

 

- (Sur) Bendito Sol de las Tierras cálidas, otórganos confort, brillo y fuerza, sé presente aquí con nosotros.

 

- (Oeste) Océanos, lagos y corrientes, limpiad, dad esplendor y frescor, y frescor, sed presentes aquí con nosotros.

 

- (Norte): Montañas, valles y bosques, traed la vida, la riqueza y la belleza, sed presentes aquí con nosotros.

 

- Ahora invocamos a la Bendita Señora, Reina de la Cosecha, otorgadora de Vida y plenitud des de antes del inicio de los tiempos. Dadnos, como antaño, vuestro gozo, belleza y poder.

- Ahora invocamos al Señor de la Cosecha, el Rey Sagrado otorgador de riqueza y protección des de antes del inicio de los tiempos. Dadnos, como antaño, vuestra fuerza, alegría y poder. 

 

- Realizamos ahora, como en los Tiempos Antiguos, la Consagración de la Cosecha , y marcamos la plenitud de la estación, pues la Vida completa su ciclo, trayendo consigo de nuevo el despertar en la eterna cadena de lo viviente que se extiende sin reposo desde tiempos inmemorables.

 

La Sacerdotisa eleva la hoz /cuchillo y el trigo, guiando una danza /cántico en el sentido de las manecillas del reloj por el círculo, 13 veces al menos. Después se detiene ante la imagen de la Diosa. Mientras alguien sostiene el trigo, y otro la vela, ella levanta la hoz y declama:  

 

- Oh, Diosa Grande y Eterna! Damos gracias por esta estación de la cosecha; nada podemos ofrecerte que no sea ya tuyo, mas acepta, con nuestro amor, esta ofrenda y este sacrificio.

 

Se corta el trigo con el cuchillo o la hoz.

 

- Que la estación de la plenitud regrese una vez más, en conmemoración de la Vida siempre emergente de la Muerte, enterremos en la Tierra nuestra ofrenda.

- Este es tiempo de gozo, comamos y bebamos, y que cada uno interiormente invite a los Dioses a celebrar estos momentos con nosotros.

 

- Juntemos las manos y purifiquémonos. Inspirando la Fuerza Vital del Universo y expirando todo mal. (Cuando acaba el ejercicio) Estamos ahora preparados para participar del Pan y del Vino.

 

Cogemos pan.

 

- Ahora, tomamos el pan; debéis saber que el grano del que participamos es el último de incontables generaciones, que ha crecido hasta fructificar, y que muriendo da las semillas de las que surgirá la nueva vida..

 

- Debéis saber que cada semilla, cada grano, lleva la huella de Tiempos Antiguos y la promesa de Todo lo que será. Compartamos el pan y conozcamos la Vida Eterna y la Inmortalidad. Con este conocimiento se sustentan nuestras almas en esta estación de luz menguante y creciente oscuridad.

 

Cogiendo el vino, girando en derredor del Círculo.

 

- Tomamos ahora la bebida fermentada y conozcamos la transformación de la simple fruta en elixir centelleante. Del mismo modo que este vino ha sido sometido al cambio, así lo seamos nosotros, uniéndonos a la Caldera de la Vida.

 

- Así cómo esta bebida otorga la elevación hacia los Dioses o la degradación a los niveles más bajos, así todos los seres humanos se elevan o caen en cada vida según determina su propia fuerza de voluntad.

 

- Participemos de la bebida y conozcamos la Cadera del Renacimiento y la Fuerza de la Voluntad!

 

- Como en la bebida y en el pan, así es también en nosotros. Aún están con nosotros los Misterios de los Tiempos Antiguos. Que los Poderes que ampliamente rigen y los Dioses Ancestrales hagan descender sus bendiciones sobre esta comida!  

 

- Completamos ahora esta celebración de Lammas conscientes de su significado.

 

- Ahora acaba el ritual, damos las gracias a la Diosa y al Dios por este momento de riqueza y por los momentos de mágica que vendrán.

 

- (Este) Vientos Lejanos que sopláis limpios y claros, os damos las gracias por estar aquí con nosotros.

 

- (Sur) Bendito Sol de las Tierras cálidas, os damos las gracias por estar aquí con nosotros.

 

- (Oeste) Océanos, lagos y corrientes, os damos las gracias por estar aquí con nosotros.

 

- (Norte) Montañas, valles y bosques, os damos las gracias por estar aquí con nosotros.

 

- Oh! Señora de la Magia y la Belleza. Oh! Rey de Fuerza y Poder. Criaturas de todos los lugares agrestes, y seres de todas las regiones lejanas, os saludamos y damos nuestro amor. Os despedimos, Benditos Seáis.

 

-Benditos Seáis.

 

Obertura habitual del Círculo.

 

 


 

BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA

 

CUNNINGHAM, S. ; HARRINGTON, D. : La Casa Mágica, Editorial Mirach, Madrid, 1993.

JONSON, C. ; SHAW, M. D. : La Magia de la Tierra, Editorial Obelisco, Barcelona, 1997.

FITCH, Ed. RENEE, Janine., Ritos mágicos del pozo de cristal. Luís Cárcamo editor, 1984. Madrid.

KHALIL, G. ; El Profeta, Ed. Humanitas, Barcelona 1999

BUDAPEST, Z. ; El Poder Mágico de las Mujeres, Ed. Robin Book. Barcelona,  1995.