La
Antigua Religión y la Wicca Moderna
Se
entiende por Antigua Religión el conjunto de religiones paganas
(usualmente politeístas) europeas occidentales, en oposición a las
“nuevas” religiones (monoteístas) llegadas de Oriente, como
el Judaísmo, el Cristianismo y el Islamismo. Si
concretásemos más la definición podríamos decir que la Antigua
Religión es el conjunto de cultos y tradiciones mágico-religiosas autóctonos
de la Europa Occidental, tanto en la vertiente de Terrestre-Femenina
original como en la posterior Celeste-Masculina introducida por contacto
con las culturas indoeuropeas. Cabe decir que las Religiones
monoteístas también resultaron una relativa novedad en las zonas de
origen, en las que desde el principio de la ocupación humana
encontramos ricas y variadas muestras de paganismo.
Los
detractores, teóricamente cristianos, de la Antigua Religión la
vincularon al culto a entidades malévolas, para después meter en el
mismo saco a clarividentes, médicos, científicos, filósofos, y en
general cualquiera que pusiera en duda sus dogmas o se opusiera a sus
objetivos. De esta manera se extendieron muchos de los erróneos tópicos
que aún perduran en la conciencia - tal vez mejor decir ignorancia -
colectiva, hasta el punto de llegar a creer algo tan absurdo como que
“las brujas sólo existen en los cuentos de hadas”.
A
partir de principios del siglo XX, no obstante, gracias a las
investigaciones arqueológicas así como a la abolición de las últimas
leyes contra la brujería se inició un proceso de resurgimiento de los
cultos paganos. Los seguidores de muchas expresiones de la Antigua
Religión, que habían continuado clandestinamente con el legado de sus
ancestros en núcleos familiares o reducidos durante las épocas de
persecución, pudieron manifestar públicamente su opinión, entrar de
nuevo en contacto y recuperar, ver crecer o crear algunas tradiciones.
Hay quien considera la Wicca una continuación específica de la Antigua
Religión, y hay quién opina que se trata de una nueva tradición
basada en la recreación de las raíces paganas.
El
resurgimiento de la Antigua Religión se inició en los países
anglo-sajones, motivo por el que se ha popularizado la denominación “Wicca”.
La palabra “Wicca” , que comparte etimología con “witch”
(bruja), proviene del inglés antiguo “wicce” el cual, a su turno,
proviene de la raíz sajona “wic” que significa doblegar o modelar.
Wicca, Wicce, Wica o Wite eran maneras de denominar a los Sacerdotes y
Sacerdotisas del paganismo en las regiones anglo-sajonas. Éstos eran
considerados conocedores de las propiedades herbales y con capacidad
clarividente, pero, ante todo, eran valorados por su capacidad de
“modelar la realidad ”, de hacer Magia.
Si
bien es cierto que actualmente se ha llegado a considerar la Wicca como
sinónimo de la Antigua Religión, esta asimilación resultaría un
considerable empobrecimiento para la segunda... algo así como si se
asimilara el catolicismo al cristianismo; ortodoxos y protestantes
quedarían fuera, pero también las “herejías” o corrientes no
admitidas del mismo, como el Catarismo.
El
Resurgimiento de la Antigua Religión
Durante
los siglos que siguieron a las persecuciones, la Antigua Religión, en
sus diversas formas, permaneció oculta. Los libros y estudios de brujería
provenían de registros y obras medievales eclesiásticas y, por lo
tanto, se basaban en la misma concepción errónea del paganismo. No fue
hasta 1921 que apareció una obra que tratara imparcialmente el tema de
la brujería europea; la antropóloga Margaret Murray publicó The
Witch Cult in Northen Europe, recogiendo datos que apuntaban
hacia la existencia de una religión organizada pre-cristiana. Según la
Dra. Murray, la Antigua Religión tenía su origen en la prehistoria, y
era un culto muy extendido que había tenido una trayectoria continuada
des de su origen. En 1931 publicó un segundo libro, ampliando sus teorías:
The God of the witches.
En
1951 fueron revocadas las últimas leyes contra la brujería, hecho que
permitía que los practicantes de cualquiera de las muchas formas de la
Antigua Religión salieran a la luz. Aún así, durante años se mantuvo
el silencio, por temor a las persecuciones o, tal vez, a la opinión pública.
Gérald Brosseau Gardner, iniciado en el Coven de New Forrest poco
antes de la Segunda Guerra Mundial, publicó una novela: High
Magic’s Aid, en la que presentó algunas de las creencias y prácticas
de su tradición. Unos años más tarde, tras obtener finalmente la
aprobación de sus compañeros, en su obra Witchcraft Today,
presentó la imagen contemporánea de la misma, siendo la primera
persona que manifestó en público su práctica de la Antigua Religión.
Gardner,
después de años de estudio del tema, llegó a la conclusión de que el
legado que tenía en sus manos, había llegado de un modo inexacto e
incompleto. Originalmente el conocimiento de la Antiga Religió
había sido transmitido de forma oral, y usualmente no fue hasta el
tiempo de las persecuciones, cuando los grupos se disgregaron y
perdieron el contacto, que este saber se registró en los llamados
Libros de Sombras. Como este libro pasaba de generación en generación
y era copiado a mano por sus poseedores, era natural la inserción de
errores y modificaciones. Gardner tomó los datos del Libro de Sombras
de su grupo y lo rescribió de la manera que le pareció más parecía
al manuscrito original. En 1950 fundó la su propia tradición, la
Gardneriana. A la sacerdotisa del su Coven, Doreen Valiente, se le
atribuye la creación del Creed, la Rede y la Rune. Al lado de Gardner
también destacan los nombres de Janet y Stewart Farrar, asú como sus
obras; What witches do y Eight Sabbats for Witches.
En
este periodo de resurgimiento de la Antigua Religión, y creación de la
Wicca ( al menos de la versión moderna de la misma) parece ser que fue
importante el contacto con el druidismo, la rama organizada del cual había
derivado de la refundación, aproximadamente en el año 1770, de la Druid
Order. Gérald Gardner y Ross Nichols, fundador de la Order of
Bards Ovates & Druids (OBOD), crearon lazos entre sí, y como
resultado de estos intercanvios surgieron los ocho Sabbats del
calendario festivo en la mayoría de tradiciones neo-paganas; la Wicca
incorporó los Solsticios y Equinoccios ( Yule, Litha, Ostara y Mabon) a
sus celebraciones, y el Druidismo incorporó las conocidas como
celebraciones lunares de fuego ( Beltane, Imbolc, Lammas, Samhain) a las
suyas.
En
América destaca Raimond Buckland, iniciado en Escocia dentro de la
tradición Gardneriana, que fundó su propia tradición, la Seax-Wicca,
en el año 1973.
En
contraste con el seguido de nuevas tradiciones que derivaron de la
influencia y estudios de Gérald Gardner destaca la figura de Sybil Leek,
de origen inglés pero residente en los Estados Unidos. Sybil Leek,
contemporánea a Gardner, criticó en numerosas ocasiones la formación
indiscriminada de nuevas tradiciones así como el peligro que
presentaban de alejarse esencialmente de espíritu de la Vieja Religión.
También
en América, y dentro de los grupos de base no-Gardneriana destaca la
Tradición Feri, o Faery, fundada por Víctor y Cora Anderson.
Probablemente
en este contexto comenzó a usarse la denominación “Wicca” ligada
al resurgimiento iniciado en los países anglo-sajones, factor por el
cual muchos practicantes y tradiciones se muestran reticentes a
identificarse con esta expresión.
Con
la llegada de los años 60 creció el interés por formas de
espiritualidad alternativas a la norma cristiana; entre las que
encontramos el Paganismo Europeo y la Wicca. La cultura pre-cristiana (
no sólo europea ) fue reconocida en amplios sectores, tanto desde el
punto de vista popular como des de los estudios de investigadores. A
partir de la década de los 70 en muchos aspectos y sobretodo en Norte
América, la Wicca era algo conocido públicamente, y en cierta manera
aceptado por diversos grupos sociales. Por una parte esto favoreció la
aparición de nuevos libros, manuales, novelas, revistas, así como
grupos y organizaciones paganas y Wiccas. Pero por otro lado potenció
lo que Sybil Leek ya había advertido, la aparición de farsantes y el
alejamiento progresivo en forma y esencia de la Antigua Religión. No se
tardó demasiado en apreciar estas diferencias, por parte de los grupos
más antiguos del paganismo, que a menudo se apartan de los seguidores
de las nuevas tendencias. Mike Nichols sintetiza la problemática
hablando de la “Vieja” y la “Nueva Guardia del Paganismo”.
La
diferencia viene dada principalmente por el contexto social que existía
antes y después de la década de los 70. Para los paganos de la
“Vieja Guardia” el simple hecho de decidir participar en la Antigua
Religión ya era una prueba de fuego. En primer lugar, era muy difícil
encontrar otros paganos; por lo tanto, a menudo no podían contar con
alguien que les enseñara o respondiera sus dudas. Practicaban en
soledad y, para muchos, encontrar ya no un Coven en el que ser aceptados
e iniciados, sino un grupo de estudio organizado era prácticamente una
utopía. Por otro lado, las obras sobre el tema eran escasas y poco
difundidas, era necesario leer todo lo posible, y juzgar según el
propio criterio y un despierto escepticismo. Tampoco contaban con las
simpatías de la sociedad, más bien justo lo contrario. Para los
paganos de la “Vieja Guardia” era un trabajo constante de estudio y
recopilación, de preparación intensa, un enfrentamiento constante con
la presión del mundo que siempre habían conocido como única respuesta
a sus inquietudes espirituales que requería firmeza, voluntad y
disciplina. Era necesario ser discreto y serio ante las demás personas,
sereno y crítico ante la información a la que se conseguía llegar. Aún
cuando esto supusiera tener que echar por tierra más de una vez un
castillo de ideas formado a base de meses, y volver a empezar sin perder
el ánimo.
Para
los paganos de la “Nueva Guardia” el panorama era completamente
diferente. Podían acceder a la información fácilmente, y con un mínimo
esfuerzo encontrar grupos organizados de una u otra tradición. Por otro
lado, los libros sobre el tema solían simplificar tanto conceptos como
práctica, presentando el Paganismo ( y con él la Wicca ) como poco más
que un estilo de vida positivo y naturalista, incluso como algo
compatible - en simultáneo - con otras religiones. Encontraron un apoyo
por parte de diferentes grupos sociales como por ejemplo ecologistas o
les feministas, que veían en este “ nuevo estilo de vida” una
espiritualidad que podía contener su propio credo. Se hicieron
frecuentes las autoiniciaciones, no como única salida tras largos
años de búsqueda y aprendizaje sino como una manera fácil de entrar
en un juego que, con los años, iría en alza. Así mismo se
multiplicaron las nuevas tradiciones a raíz de la mezcla
indiscriminada - y , en ocasiones, también carente de sentido -. Ya no
se consideraba necesaria la crítica, ni se valoraba el proceso lento y
firme de aprendizaje, ya no se consideraba importante la ayuda de otros
con mayor experiencia. Bastaba con leer un par de libros, autoiniciarse
y juntar un montón de personas afines a la propia ideología para
formar un nuevo grupo. Des del nuevo punto de vista todo podía
funcionar de una manera rápida y fácil, a menudo perdiendo el
individuo importancia frente al colectivo, y la motivación interior
ante el impulso de seguir una nova moda, presentada de un modo muy
diluido o sensacionalista en los medios de comunicación, y que
podía abandonar en cualquier momento. Así, el resurgimiento del
Paganismo se convirtió también en muchos desgraciados casos en una
degradación del mismo, y de nuevo el viejo saco en el que podía meter
cualquier cosa.
Sin
embargo, la verdadera diferencia no está sellada entre una tendencia
innovadora y una conservadora; sino en la persona. En su amor y fuerza
de voluntad. La persona que está pisando en Antiguo Sendero
conscientemente sabe que pisa sobre las huellas de unos que antes que él
fueron novicios, y sabe que de su propio ser algo debe ser digno de ser
aportado a sus desconocidos herederos. Aquel que camina sobre el Antiguo
Sendero, y es consciente de ello, realiza cada paso firme y suavemente,
amoroso y paciente, pero sin descanso. La diferencia no está en
realidad en la cantidad de información que tiene a su alcance, sino en
la manera como la busca, la trata, la asimila y la emplea. Aquel que
anda sobre el Antiguo Sendero y es consciente de ello sabe que en
realidad el objetivo es destilar su propio ser, y que para ello debe
estar dispuesto. Sabe que las herramientas pueden ser increíblemente
simples. Y, sobretodo, sabe que al final del tramo le espera el Guardián
del Umbral, la metafórica figura que nos recuerda que todo tiene un
precio. Aquel que de veras anda el Antiguo Sendero, es guiado por una
voz interior que ha conocido en la soledad de su ser, y le ha mostrado
el camino hacia su propio centro.
No
importa su edad, ni nacionalidad, ni sexo, ni posición social; pues va
quedando atrás. Y no importa cuanto innove, ni cuánto quiera mantener
la tradición, no importa que esté en grupo o solo, ni importa el
rostro o el nombre que corresponden su Señora y su Señor; no importa
si inclina el ara al Norte o al Este, ni si su athame es considerado
herramienta de aire o de fuego. Anda el Antiguo Sendero, y su voz
interna lo guía, y él avanza confiado y capaz, y el Sendero del
Paganismo se anda y se respira, se anda y se canta, se anda y se
siente dentro y fuera de uno; como flotando en una hermosa vibración
del Arpa Dorada de la Existencia.
Vaelia
Bjalfi
Revisado
Agosto 2002
BIBLIOGRAFÍA
El
Arte Completo de la Brujería,
Sybil Leek, Ed. Picazo, Barcelona,1990.
I.S.B.N:
84-7672-329-6
El
Libro Completo de la Brujería de Buckland,
Raymond Buckland, Ed. Luis Cárcamo, Madrid, 1986-1990. I.S.B.N: 84-7627-058-5
Magia
Positiva,
Marion Weinstein, Ed. Luis Cárcamo, Madrid, 1981.
I.S.B.N:
84-7627-066-6
El
Poder Mágico de las Mujeres,
Zsuzsanna Budapest, Ed. Robin Book, Barcelona, 1995. I.S.B.N:
84-7927-147-7
Reflections
on OLD GUARD PAGANISM,
Mike Nichols, Documento htlm, Agosto 2000 ; Traducción cedida per
Ameneiro Carvalho.
URLS
Wicca
y Paganismo
http://www.puertasdebabel.com/wicca/
La
Pagina de Sidhe
http://personal.redestb.es/sidhe/