Anexo I: Pathworking Compartido
En estas líneas me he referido siempre al Pathworking como
una práctica individual, pues éste es la base para
lograr un trabajo riguroso y acumulativo. Sin embargo, del mismo modo
que podemos encontrar espacios compartidos por varias entidades, y
lugares dónde otras personas hayan dejado su huella, es
también posible crear y explorar en compañía.
Esto exigirá un
gran nivel de confianza y sinceridad entre los participantes,
posiblemente también una cierta sincronización. Dejar
bien claro a dónde vamos antes de salir (ninguna de las
prácticas se llevará a cabo en el lugar seguro de
nadie, hay que buscar un lugar seguro común), qué es lo
que se va a hacer allí, y cuál será el tiempo
aproximado de la visita. Al regreso se pueden poner en común
ambas experiencias, que pueden variar entre sí, pero deberán
mantener elementos importantes en común para validar la
experiencia. Además de las influencias conscientes o
semiconscientes personales, habrá que tener en cuenta las
propias de cada uno de los participantes.
Jugar al escondite en
un escenario seguro, creado por nosotros, es un modo de practicar, en
el que sí podremos hablar mientras visualizamos, comprobar y
mejorar nuestra sincronización con los compañeros. Para
cuando esto esté dominado, será posible explorar nuevos
territorios.
Vaelia Bjalfi, 2007