A medida que vayamos
explorando, encontraremos nuevos paisajes y entidades, que pueden ser
tanto positivos como nocivos, al igual que hay lugares donde es posible
recargarnos existen zonas-trampa capaces de “vaciarnos”; e
igual que existen entidades positivas (esto no tiene nada que ver con
que puedan ser tremendamente antipáticas o estéticamente
horripilantes) que nos ayudan y aconsejan, existen entidades
negativas que actúan a modo de predadores, o parásitos (y
esto no tiene nada que ver con que tengan una hermosa apariencia y sean
amabilísimas). El sentido extra o intuición de que
hablábamos antes, y los consejos de tu guía, te
prevendrán contra estos peligros.
En términos generales desconfía de quienes se presenten
sin que lo hayas solicitado, de los te ofrezcan mucho a cambio de poco,
de los que traten de desviarte del objetivo de tu trabajo ofreciendo
otras cosas “mejores”, desanimándote o
creándote embrollos mentales– de ahí la importancia
de tener objetivos - , y de los que te pidan ayuda - esto es de lo
más difícil, por eso casi todos caen en sus trampas-.
Métete en la cabeza la capacidad de decir NO y seguir tu camino,
o, si lo prefieres, llama a la entidad adecuada (aparecerá) para
que atienda a ese personaje según objetivamente se merezca; pero
nunca permitas que esos personajes se acerquen siquiera al home range,
y menos aún al lugar seguro.
Siempre que andes por caminos propios, validados y estables,
estarás seguro. Normalmente en los territorios que reflejan
mitos antiguos o modernos, las puertas están abiertas y hay
bastante movimiento. Si sales de estos lugares para
“explorar” puede que llegues a un lugar que está
marcado por otro u otros. Y puede que a ellos no les haga demasiada
gracia que estés allí, o que ese ambiente no sea en
absoluto bueno para ti, y tengas un problema. Por tanto, procura no
andar distraído, y permanece atento a las señales que
indiquen si eres bien recibido o no. En el peor de los casos llama a tu
guía/aliado para que te saque de allí.
Como con el PC, trata de desconectar adecuadamente el programa –
volver paso a paso-, antes de desenchufar bruscamente la máquina
– abrir directamente los ojos -. En cualquier caso, si tienes una
mala experiencia en el Pathworking posiblemente sea provocada por el
miedo, o por haberte dejado llevar por los deseos o temores de una
conciencia cotorra. Realiza una buena limpieza de tu territorio en
ambos mundos, y retoma la práctica poco a poco, sin
alejarte del lugar seguro hasta que hayas recuperado la confianza.
Vaelia Bjalfi, 2007