Acerca de la Magia y el Caos

  

Si hay algo que el ilusionismo y la magia tengan en común es que cuando los conejos salen del sombrero como por generación espontánea, hay truco detrás.

Un ejemplo edificante. - Espero que todos hayan visto o sepan de la película “La Mosca” (1958) - . En esta película, un científico crea un aparato para teletransportarse, que debe funcionar desintegrando a la persona y reintegrándola en otro lugar.

Cuando el científico prueba el invento consigo mismo, se cuela una mosca en la cabina, y lo que se “reintegra” es un humano con la cabeza y el brazo de una mosca. Y a decir verdad, es muy afortunado, porque milagrosamente conserva no sólo las proporciones, sino la inteligencia propias de un humano. Lo más probable, dada la ausencia de un esquema de reintegración, es que hubiera acabado bajo cualquier forma de materia muerta. Y eso es lo que sucede exactamente cuando trabajas con “posibilidades infinitas, infinitas combinaciones”; O encuentras el modo de asegurarte la adecuada, o... bueno, te resignas a la que te toque en suerte.

Que los Magos del Caos conserven su sentido del humor es algo que está relacionado directamente con tomar conciencia que el Universo puede poseerlo de igual modo, pero en su propia escala.

Sobre las capacidades de aprender de los libros, reconozco que creo en ellas, y además en infinitud de otros canales de aprendizaje. Algunas técnicas se pueden aprender de los libros, y otras no, y unas cuantas sólo hay que redescubrirlas. Pero, al fin y al cabo... la cuestión es que “las técnicas se anulan entre sí, lo que importa es la persona” (Esto es de Alfonso Orozco).

Y otra cosa importante es darse cuenta de la diferencia entre tener ciertas capacidades / dominar ciertas técnicas y seguir un camino de conocimiento y acción.

Podría decir que si salgo de mi ciudad y ando un buen rato, estoy llevando a cabo un camino de acción (¡me estoy moviendo!) y conocimiento (¡estoy descubriendo cosas que nunca antes había visto!) pero espero que estéis de acuerdo conmigo en que eso no vale. A menudo las palabras engañan.

Cualquiera puede hacer Magia, porque la Magia es algo esencialmente fácil y natural. Pero precisamente por eso, no estamos solos en esto; ni solos entre los humanos, ni solos entre los no-humanos. Así que el “mundo Mágico” es un medio natural más en el que entraremos “de puntillas” o “de cabeza”, pero en cualquier caso debemos aprender a movernos (y sobrevivir) en él.

Y es llegando a esta conclusión que uno aprende a valorar lo que en otro tiempo desdeñaba. ( A menos, claro está, que se muera de ilusión por extraviarse, ser depredado y no llegar a ningún lado en general, que por supuesto es una opción tan válida como cualquier otra ).  Porque si algo tienen las escuelas tradicionales son mapas y guías de viaje que han funcionado durante largo tiempo. Tal vez puedan mejorarse o deban ser actualizados, pero básicamente se mantienen funcionales, y es un desperdicio no hacer por conocerlas. Acepto que uno a veces no tiene modo de saber qué es exactamente lo que está buscando, pero incluso así, deberá asegurarse de conservar sus habilidades para la búsqueda. Como se dice, “si la inspiración llega, que nos encuentre trabajando” ( en lugar de encontrarnos tratando de evadir impuestos).

Algo que es fácil compartir con la Magia del Caos es que, en muchos de los “caminos establecidos”, hay cosas que sobran. El error en el que se suele caer es descartar elementos a priori, esto es, antes de conocer cuál es la función real que cumplen en el conjunto. Cuando estás a punto de acabar el rompecabezas del momento y te das cuenta que hace años te deshiciste de algunas piezas sin las que no lo puedes completar te sientes bastante imbécil, ( y de todos modos tienes que salir corriendo a buscarlas si quieres acabar lo que tienes entre manos).

Tienes que encontrar el modo de dirigir tu movimiento hacia dónde quieres ir ( y saber dónde quieres llegar), por más atractiva que resulte la idea de “dejarse llevar”, o esto se haga en momentos determinados. Vayas a donde vayas no basta con energía disponible, son necesarios también un motor que funcione y una dirección.

Si no pones en funcionamiento tus recursos, algo de lo que puede suceder es que otro, u otra cosa, los emplee para satisfacer sus necesidades (que no tienen por qué coincidir con las tuyas).

Si única y exclusivamente te “dejas llevar”, lo más probable es que te acaben arrastrando por las aceras como una bolsa de plástico vacía abandonada a merced del viento. O que tengas un  mal viaje.  Por supuesto, nadie niega que exista una posibilidad entre x de aprender a volar con ese sistema ( pero “x” son muchas, y apuestan alegres a que te despeñarás por ese barranco en forma, fíjate, de malévola sonrisa ctónica. ). 

Pocas cosas hay más tristes (es una manera de hablar) en este mundo ordinario que un adolescente haciéndose pasar por ebrio, o un actor sobreactuando. La espontaneidad, la naturalidad, pueden tener tremendos altibajos, pero siguen pautas sencillas y equilibradas. Cuando uno se para de frente y reclama al Caos, no es por entregarse a él como un hombre o mujer pueden entregarse a cualquier exceso, sino por la necesidad de recuperar su justo y necesario lugar en la existencia. El Caos único, como el Orden único, son monstruosos elementos artificiales y estériles, que sobreviven gracias a las víctimas que a ellos se sacrifican voluntaria o involuntariamente.

Vaelia Bjalfi, Agosto 2006

Publicado en Foros Rojo Intenso